La ciencia ficción es un terreno asombroso de descubrimientos. Para sus seguidores, es habitual encontrarnos en historias de la década de los cincuenta con dispositivos familiares hoy en día, formando parte del resto del argumentario con cualquier otra cosa habitual para el momento imaginado. Seguramente todos recordaremos las enormes similitudes con las predicciones sobre las tabletas y los teléfonos inteligentes muchos años antes de que llegaran.
Es interesantísimo revisar lo que un campo prácticamente sin limitaciones con los escritores nos proponen para los años venideros. En el caso de la informática, asombrosamente estamos en un camino que parece converger con el momento - casi exacto - que vivimos ahora: pantallas inteligentes y ordenadores potentes. Si recordamos por ejemplo éxitos de la talla de Star Trek o 2001, veremos cómo ciertas funciones que requieren movilidad y versatilidad se hacen con pseudo-tabletas, mientras que el gobierno de una tecnología más ambiciosa (como naves o grandes máquinas) siguen estando bajo el control de los ordenadores: pocas veces hemos visto el control de tales prodigios con algo parecido a tabletas (aquí os dejo una buena colección de fondos de pantalla trekkies para vuestros iPhones)
Los dispositivos inteligentes atraviesan un período de ajuste "natural" gracias a sus nuevos usos
Aunque podemos pensar que aquellas historias cuentan con cierto lastre emocional o incluso social, es bien cierto que aquel paradigma estamos aplicándolo ahora: a pesar de que contamos con tabletas y teléfonos inmensamente más potentes de lo que podíamos haber imaginado, ciertas tareas de envergadura las seguimos encargando a ordenadores potentes. Tampoco es del todo cierto, en mi opinión, cada dispositivo atraviesa ahora mismo un proceso de ajuste donde se está especializando en el ámbito donde más puede aportar hoy en día. Por eso, cada día navegamos más con el teléfono o la tableta, las utilizamos como herramientas de comunicación personal y de creación.
Jef Raskin y el proyecto Macintosh desconocido
Cuando a finales de los 70 Jef Raskin imaginó el futuro de la informática, no veía grandes científicos en enormes máquinas obteniendo resultados valiosos. Más bien la perspectiva cambiaba hacia otra dirección: el usuario. Cualquier persona con ambición creativa que necesitara de una máquina con la que materializar su creación. Los ordenadores eran capaces de aquello como ninguna otra máquina lo ha sido en la historia de la humanidad... Pero en aquel momento eran terribles para un usuario sin conocimientos científicos.
La idea inicial de Raskin para el Macintosh estaba más cerca de las PDAs que de los ordenadores clásicos
La primera idea para su nuevo proyecto Macintosh era radicalmente distinta a la que estáis pensando. El Mac de Raskin era más un dispositivo portátil de 9" con una interfaz predictiva - la interfaz gráfica llegó cuando Jobs se incorporó al proyecto - capaz de entender la escritura y en función del dato del usuario, cargar la aplicación correspondiente. Como veis, si tenemos que imaginar un ordenador como fuerza creativa y versatilidad, surge el mismo concepto en mente de todos.
Ahora, ¿todo lo que tenemos en los dispositivos actuales, y ya hablo de iPad y de iPhone, han conseguido las metas que temerariamente nos proponía la imaginación de artistas y genios de otra época? Aunque parezca lo contrario, son dispositivos aún muy jóvenes, pero hay que atribuirles los méritos de popularizar una tecnología que años atrás estaba tomando un rumbo equivocado y de contribuir a que ciertas tareas de alejaran - por fin - del escritorio para dar lugar a nuevos retos.
Los retos del iPhone 7
Durante la semana, hemos podido comprobar como comienzan a surgir rumores sobre la salida a la vuelta del verano del nuevo modelo que Apple nos tiene preparados. Este año sin embargo el dispositivo está tomando un carácter diferente: se debate entre un paso generacional y una evolución esperada, o un cambio de concepto para el modelo del año próximo. Por eso, nadie llama al iPhone de 2017 "iPhone 7s", sino iPhone 8.
Con los rumores del iPhone sólo podemos ejercer de escritores de ciencia ficción, recordemos que los años previos al iPhone tratábamos de imaginar cómo sería el teléfono de Apple, pero nadie acertó. Este nuevo cambio radical, en mi opinión, pasaría por la casi total desaparición de los botones físicos: es algo que Jobs no quería en el modelo original, pero la tecnología aún no estaba lista para algo así. ¿Estará preparada para 2017?
Sin embargo, y al contrario de lo que pueda parecer, el modelo de este año - si se cumplen todas estas especulaciones - no deja de ser interesantísimo: Apple ha llegado a la madurez tecnológica con el dispositivo que creó un nuevo modelo de industria - y casi de sociedad - y el interés por subir las apuestas en un modelo todavía más potenciado que el iPhone 6s, siguen siendo interesantísimas, aunque aún no contemos con pantalla holográfica y tengamos botón de inicio. Sobre todo si utilizan lo aprendido en el iPad Pro para llegar a un teléfono que casi pone al límite el diseño que todos conocemos: eso, también podría ser parte de las historias de la ciencia ficción. Y seguro, será el comienzo de otra nuevas que no podemos ni imaginar - aún - en nuestros días.
En Applesfera | Una marca en el universo [Especial 30 aniversario Macintosh]